Natasha Dupeyron, la talentosa actriz que ha capturado la atención del público y la crítica, nos sumerge en el vibrante y turbulento mundo de los años 80 con su destacada actuación en «Señorita 89». En esta serie, ambientada en el glamoroso pero a menudo sombrío universo de los concursos de belleza en México, Dupeyron brilla interpretando a una de las concursantes, revelando las capas complejas y a menudo ocultas detrás del brillo y el glamour. Su participación no solo destaca por la profundidad y la fuerza de su personaje, sino también por cómo la serie aborda temas críticos de poder, manipulación y la lucha por la autonomía femenina, posicionándola como una voz significativa en la narrativa de empoderamiento y resistencia.

¿Qué aspectos del proyecto inicialmente te llamaron la atención para la primera
temporada y qué elementos de la historia te cautivaron?

Recuerdo claramente cuando recibí la oportunidad de hacer el casting para el papel de Miss Yucatán. En ese momento, me encontré cuestionando por qué me consideraban para un papel que aparentemente no encajaba conmigo. Mis propios prejuicios salieron a flote, pero cuando comencé a leer el guion, me sentí enormemente afortunada. Descubrí un personaje complejo que representaba un desafío, que requería estudio y concentración absoluta. Al sumergirme en el papel, experimenté un cambio personal importante; aunque me consideraba feminista, me di cuenta de que aún arrastraba ciertos sesgos machistas. Este personaje me enseñó valiosas lecciones sobre desaprender esas actitudes. En la segunda temporada, exploramos no solo los concursos de belleza, sino también cómo los medios de comunicación imponen estándares de belleza inalcanzables. Interpretar este papel me llevó a sentirme incómoda, pero también me hizo consciente de mi responsabilidad como actriz para influir de manera positiva en las jóvenes que me ven, promoviendo una imagen realista y saludable de la belleza. Aunque fue un desafío, fue una experiencia enriquecedora que me recordó la importancia de ser auténtica, tanto en mis redes sociales como en mi vida personal. Estoy profundamente feliz de haber interpretado a Isabel Ross.

¿Qué aspecto de Isabel te sorprendió más al conocerla, especialmente considerando que al principio la juzgaste un poco? ¿Qué lecciones te dejó ese aprendizaje?
Lo que más me impactó al conocer a Isabel fue darme cuenta de cómo la ignorancia puede llevarnos a lugares peligrosos. Al principio, admito que la juzgué un poco, especialmente porque me resultaba triste ver a una mujer dispuesta a pasar por encima de sí misma para alcanzar sus metas. Creo firmemente que hay otras formas de lograr nuestros objetivos sin sacrificar nuestra dignidad, sin competir con nuestras compañeras o desvalorizar nuestros cuerpos. Este personaje pone de relieve esa triste realidad. Recuerdo que mientras le daba vida a Isabel, sentía una profunda lástima por ella. Hubo escenas en las que me tocaba llorar en el escenario, pero mis lágrimas no eran solo por el personaje; también eran por todas las mujeres que han experimentado situaciones similares y las que aún las enfrentan. Interpretar a una mujer como Isabel y transmitir un mensaje contrario a sus acciones a través de la televisión es sumamente importante para mí. Es una oportunidad para llegar a alguien y decir: «Ese no es el camino». Para mí, eso es de vital importancia.


¿Cómo describirías la evolución de Isabel desde la primera temporada hasta la
segunda?

En la primera temporada, Isabel Ross, a pesar de tener numerosas oportunidades para
aprender, se muestra como alguien que no aprende nada. Se adentra en situaciones
peligrosas sin preocuparse por las señales de advertencia que encuentra en el camino. En
la segunda temporada, ella cree tener todo bajo control, pero se da cuenta de que ser mujer en un entorno machista significa ser subestimada y carecer de poder real, convirtiéndose en una simple pieza en el juego de otros. Esta toma de conciencia la deja atrapada en su situación, sin posibilidad de retroceder. Es desalentador ver cómo una serie ambientada en los años 90 aún refleja problemas que persisten en la actualidad. Es crucial abordar estos temas para erradicar los pensamientos y comportamientos dañinos, y dejar de normalizar la violencia. A pesar de que los concursos de belleza de hoy en día intentan ser inclusivos, presentando participantes de diferentes tallas, edades, entre otros aspectos, fuera del brillo del espectáculo, aún existen problemas subyacentes que necesitan ser enfrentados.


¿Qué mensaje o reflexión esperas que la audiencia obtenga de «Señorita 89»,
especialmente considerando la revelación del lado oscuro detrás de bambalinas de
los concursos de belleza?

La serie destaca el lado oscuro que se esconde detrás de los concursos de belleza, y para
mí, el mensaje fundamental que quiero que la audiencia retenga es que estos concursos
deben ser erradicados. Aunque ahora se permita la participación de mujeres que son
madres, lo cual antes no era posible, siento que sigue siendo un engaño. Seguimos
evaluando y clasificando el cuerpo de las mujeres, imponiéndonos presiones para alcanzar
estándares de belleza inalcanzables. Es absurdo que aún permitamos que otros califiquen y aprueben nuestros cuerpos. Estas normas y presiones no deberían existir. En su lugar,
deberíamos promover concursos y eventos saludables, como las olimpiadas, donde se
motive a la gente a cuidar su salud física y mental, y donde se fomente la felicidad. No
deberíamos seguir alimentando la violencia hacia las mujeres. La serie nos insta a dejar de
tolerar la imposición de estándares corporales y a enfocarnos en temas más importantes y
relevantes. Es hora de que nos permitamos ser quienes realmente somos.


¿Cómo ha sido la reacción de tus seguidores y de los espectadores de «Señorita 89»
frente a los temas abordados en la serie, especialmente a partir de la primera
temporada?

La reacción ha sido muy positiva porque ha generado conciencia sobre lo que realmente
implica el mundo de los concursos de belleza. Es fácil burlarse desde lejos, pero luego te
das cuenta de la realidad detrás de las risas: mujeres expuestas, sin educación adecuada,
sacadas de sus comunidades para ser objeto de abuso y ridiculización con el fin de obtener vistas en plataformas como YouTube. Creo que la primera temporada logró despertar reflexiones importantes, tanto así que ahora vemos a madres participando en concursos de belleza, lo que antes era impensable debido a las restricciones. Sin embargo, el punto ahora es erradicar esta imposición, como se plantea en la segunda temporada. Es crucial abordar cómo en los años 90 en México, las televisoras imponían un estándar de belleza específico, una narrativa que todavía persiste en muchos aspectos. Personalmente, asumir el papel en esta serie me hizo sentir una gran responsabilidad y un desafío, al tiempo que me confrontaba con la contradicción de interpretar un personaje que representa aquello contra lo que luchamos. Espero que la serie continúe generando debates significativos y, ojalá, conduzca al fin de los concursos de belleza, tanto por el bien de todas las mujeres como por el de los propios concursantes, ya que estos eventos están diseñados por y para hombres, para su propio beneficio. Es importante que se reconozca que estos estándares de belleza son irreales y que el proceso para alcanzarlos puede ser doloroso. Las mujeres no somos objetos para ser exhibidos, y es crucial que esta serie contribuya a desmontar esa falsa percepción.


¿Qué esperas que logre «Señorita 89» y cómo crees que será recibida por el público?
Espero sinceramente que «Señorita 89» cumpla con todos los propósitos para los que fue
creada. Desde el inicio, tuve la visión de que esta serie fuera para todas las personas.
Aunque puede que algunos hombres no se sientan atraídos a primera vista, creo que están perdiéndose de una gran producción. Esta serie está dirigida a nosotras, las mujeres, que somos la mitad de la población mundial. Creo que nos va a encantar y empoderar enormemente. Personalmente, disfruté mucho participar en ella y tengo grandes expectativas. La serie se estrena en marzo y estoy muy emocionada por ver cómo será recibida. Estoy segura de que a aquellos que decidan darle una oportunidad les encantará.

No te pierdas el estreno de la segunda temporada de «Señorita 89» el próximo 13 de marzo por por Universal+.

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