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El proyecto nació de la disolución gradual de Bobby T. and the Slackers, una banda garage de culto que Tilden formó a los 16 años. Desde 2016, Tilden ha lanzado una serie de álbumes, EPs y sencillos, todos variando estilísticamente pero conservando las progresiones de acordes sentimentales, la voz fantasmal e infantil y la producción deformada que los convierte en BOYO de manera constante y única.

Hoy lanza su nuevo sencillo, «We Never Turn Our Lights Off», a través de Devil in the Woods. El lanzamiento llega tan solo una semana después de su último sencillo, «Escape Plan», ambas conforman un sencillo doble que formará parte del próximo álbum de BOYO, a estrenarse el próximo año. La canción es una melodía dolorosa sobre el comienzo y el final de una relación con un sonido inspirado por The Strokes y The Velvet Underground. Los nuevos sencillos de BOYO se remontan a su juventud escuchando las bandas de guitarra en Nueva York a principios de la década del 2000.

Un problema de salud en 2017 dejó su mundo al revés, justo cuando su carrera comenzaba a acelerarse, Tilden comenzó a experimentar convulsiones inexplicables y pasó más de un año bajo el cuidado de especialistas que experimentaron con diferentes medicamentos para una condición cerebral no diagnosticada, dejando su carrera y su salud en cuestión. En 2018, a Tilden finalmente se le diagnosticó una forma aguda de epilepsia del lóbulo frontal, se le recetó el régimen correcto de medicinas y desde entonces no ha tenido convulsiones. Poco a poco, la vida dejó de ser una crisis diaria, pero la experiencia lo dejó alienado por los incontrolables cambios de humor inducidos por sus medicamentos. Al encontrarse solo la mayoría del tiempo, Tilden aprovechó la oportunidad para hacer un disco completamente solo. Trabajando principalmente desde su cuarto, encontró consuelo en el trabajo de compositores como Bradford Cox (Deerhunter/Atlas Sound) y Mark Linkous (Sparklehorse). Fusionando la capacidad de esos artistas para convertir lo sombrío en belleza con su propio enfoque recién descubierto en la composición y producción, la base de Where Have All My Friends Gone? fue formada.

BOYO sobrevivió una avalancha y ha crecido enormemente para hacer el mejor álbum de su carrera. “La experiencia dio forma a mi perspectiva, pero también dio forma inherente al álbum”, dice Tilden. «Utilizo la música para resolver mis problemas y cosas que no entiendo, por lo que este disco ha sido una sesión de terapia unilateral de cierta manera. No tiene por qué ser esta cosa oscura y melancólica; puede ser más conectivo.»

Al igual que con la mayoría de las grabaciones de BOYO, las guitarras ocupan un lugar central, una cualidad que Tilden llama «yo en busca de un sonido de guitarra de My Bloody Valentine que no suene como guitarras.» Quizás la mayor fortaleza de Tilden como instrumentista es su autoconciencia y su capacidad para aprovechar sus fortalezas. “Conozco mis limitaciones como músico y trato de resolverlas. Casi interpreto un personaje cuando subo a la batería; en la guitarra, cierro los ojos y finjo que soy Kevin Shields durante tres minutos y soy el líder, luego finjo que soy Albert Hammond Jr. durante tres minutos y hago el ritmo. Estoy tratando de ser una sopa de todas mis influencias.»

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