Jason Statham vuelve a demostrar por qué sigue siendo uno de los grandes nombres del cine de acción con A Working Man, una película intensa que va más allá de los golpes y las persecuciones. Escrita por Sylvester Stallone y basada en la novela Levon’s Trade de Chuck Dixon, esta nueva entrega dirigida por David Ayer fusiona venganza personal y crítica social en un relato donde la violencia tiene raíces profundas y emociones reales.
El tráiler oficial, lanzado por Amazon MGM Studios, muestra a Statham en el papel de Levon Cade, un exsoldado de operaciones encubiertas que ahora trabaja en construcción y que ve su mundo desmoronarse cuando la hija de su jefe —interpretado por Michael Peña— desaparece, víctima de una red de trata de personas. Lo que comienza como una misión solitaria se convierte rápidamente en una guerra contra un sistema podrido hasta la médula. Con fecha de estreno para el 29 de marzo, la película ya promete ser un golpe directo al estómago… y a la conciencia.
Un personaje moldeado por el dolor y guiado por la furia
Levon Cade no es solo un tipo duro en busca de venganza. Es un padre viudo, un hombre roto que ha intentado dejar atrás la violencia, pero que es arrastrado de nuevo al caos cuando su nueva familia se ve amenazada. Ese trasfondo emocional le da a la película una carga distinta. Según Amazon MGM Studios, Cade dejó “una carrera condecorada en operaciones especiales para vivir una vida sencilla”, pero esa calma se convierte en furia al descubrir que el enemigo no es solo uno, sino muchos.
A sus 57 años, Statham le imprime una intensidad sobria al personaje. Esta no es una actuación automática; es una interpretación medida, que recuerda su trabajo en The Beekeeper, también dirigida por Ayer. La química entre ambos es evidente y permite que las escenas de acción tengan peso real, tanto físico como emocional.
El guion, coescrito por Stallone, evoca lo mejor de su legado: justicia callejera, corrupción institucional y redención a sangre fría. Su vínculo previo con Statham en The Expendables se siente aquí más maduro, más introspectivo. Es acción, sí, pero con alma.
David Ayer pone el foco en una amenaza real: la trata de personas
El director David Ayer ha demostrado ser experto en plasmar la violencia urbana con crudeza. En A Working Man, se adentra en el horror de la trata de personas sin filtros ni estéticas glamorosas. Aquí no hay supervillanos: los monstruos visten traje, manejan oficinas gubernamentales o forman parte del crimen organizado.
La inclusión de David Harbour como un viejo compañero militar que ayuda a Levon a armarse añade una dimensión estratégica al conflicto. Sin embargo, la verdadera amenaza está en lo estructural: la complicidad entre el crimen y las instituciones.
Con un reparto que incluye a Jason Flemyng, Merab Ninidze, Maximilian Osinski y Noemi Gonzalez, la película logra equilibrar intensidad y profundidad. El eslogan “Human traffickers beware” no es solo una frase publicitaria, es una advertencia directa. Como señaló People, el tráiler promete acción brutal, pero también una denuncia contundente.
Un estreno de marzo que podría cambiar el tono del cine de acción
El 29 de marzo, A Working Man llega con la misión de marcar un nuevo estándar. No es una cinta más del montón; es una historia que usa la acción como vehículo para exponer una verdad incómoda. Para los seguidores de Stallone o de los roles más complejos de Statham, esta es una cita obligada.
No se trata solo de venganza, sino de cuestionar el sistema. Y eso la convierte en una película urgente. Porque en una época en la que los casos de trata suelen pasar desapercibidos, este filme golpea donde más duele.
¿Se convertirá Levon Cade en un nuevo antihéroe de culto o será solo otro capítulo sangriento en la filmografía de Statham? La respuesta está en el cine.