La reina está de vuelta. La cantante Beyoncé acaba de compartir con sus seguidores una foto casi desnuda para celebrar el lanzamiento de su nuevo álbum y ha revolucionado las redes.
La ‘celebrity’ de 40 años acaba de lanzar ‘Renaissance’, su primer álbum tras seis años de inactividad y con él vienen todo tipo de ideas sobre su vida. Ya sea la brillante portada del álbum en la que aparece desnuda sobre un caballo o una mirada a sus tres hijos, Blue Ivy, que se parece a su madre, Rumi y Sir.
Beyoncé es el modo nocturno de una superestrella pop: una actualización que se ha convertido en la norma.
La producción musical cuenta con 16 canciones repletas de sintetizadores, voces en off y referencias a iconos como Grace Jones, Giorgio Moroder o los raperos Nile Rodgers y Drake.
Beyonce agregó: “Mi intención era crear un lugar seguro, un lugar sin juicio. Un lugar para estar libre de perfeccionismo y pensamiento excesivo. Un lugar para gritar, soltar, sentir libertad. Fue un hermoso viaje de exploración. Espero que encuentres alegría en esta música. Espero que te inspire a soltar el meneo. ¡Decir ah! Y sentirte tan único, fuerte y sexy como eres”.
La lumbrera de Houston es tan estilizada, genial y orgullosamente negraque hace que la forma en la que veíamos las cosas hace tan solo un minuto parezcan insípidas, arcaicas y sin gracia. En efecto, la ganadora de 28 Premios Grammy tal vez sea la única soberana del pop que haya evolucionado artísticamente al tiempo que expandía un enorme imperio comercial. Por ejemplo, Michael Jackson perdía un poco de su genialidad con cada lanzamiento ambicioso, pasando de la elegancia natural de Off the Wall al espectáculo forzado de Bad. Las ambiciones más extravagantes de Prince solían dejarlo por fuera de la radio y Madonna también batalló con mantener intacto su reinado en el Top 40 mientras probaba cosas diferentes.
Su álbum más reciente, Renaissance, que fue anunciado con varias semanas de antelación y una portada en Vogue, es una colección de éxitos alegres, cortes que van más allá de los límites y baladas acogedoras cuya esencia vintage está a la vanguardia. Además, sugiere amablemente que la nueva era de la icónica cantante pop implica permanecer un poco en la vieja escuela.
Lo que primero llama la atención del disco es su atmósfera apacible, inclusive algunos de sus cortes más movidos emplean estribillos hipnóticos con un registro melifluo y discreto. Vale la pena mencionarlo teniendo en cuenta que algunos de sus himnos tienen melismas y voces desgarradoras como su canción de 2011, ‘Love on Top’. Estos 16 temas que se balancean entre el deep house, el afrobeat y el boogie ochentero, resaltan como reliquias de una era análoga en la que los sencillos más bailables eran tan exuberantes y orgánicos como las canciones que podías escuchar descansando en casa.