La princesa Leonor hizo historia en Santa Marta, Colombia, durante la celebración de sus 500 años, simbolizando diplomacia y modernidad a bordo del Juan Sebastián de Elcano.

Llegada real a la ciudad más antigua de Colombia

La princesa Leonor, heredera al trono de España, realizó esta semana una visita histórica a Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia y la segunda más antigua de Hispanoamérica. A bordo del buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián de Elcano, su llegada coincidió con la celebración de los 500 años de la fundación de la ciudad por Rodrigo de Bastidas.

Esta es la primera vez en casi un siglo de historia que el buque atraca en Santa Marta, un gesto simbólico que fue recibido con una muestra vibrante del folclore del Caribe colombiano. La princesa y sus compañeros guardiamarinas fueron recibidos por una papayera que interpretó la cumbia «La Pollera Colorá», en un ambiente lleno de música, color y orgullo comunitario.

Un homenaje a la historia y fortalecimiento de los lazos diplomáticos

Durante su estancia, Leonor participó junto a sus compañeros en una ofrenda floral ante el monumento a Rodrigo de Bastidas, un momento solemne que subrayó la profundidad cultural e histórica de la visita. El alcalde de Santa Marta, Carlos Pinedo, entregó simbólicamente las llaves de la ciudad al capitán del buque, Luis Carreras-Presas do Campo.

El capitán destacó la importancia de esta escala, afirmando que el objetivo de la visita es «reforzar los lazos que nos unen a las Armadas de Colombia y España». También subrayó el carácter especial de este crucero, ya que incluye a la princesa Leonor, conocida a bordo como la guardiamarina Borbón Ortiz, quien participa activamente en todas las actividades del buque: desde ejercicios navales hasta formación académica.

Esta escala en Santa Marta es la segunda que realiza el buque en puertos colombianos durante el presente viaje de instrucción. Desde su partida de Cádiz el 11 de enero, el Juan Sebastián de Elcano ha visitado Tenerife, Las Palmas, Salvador de Bahía, Montevideo, Punta Arenas, Valparaíso, El Callao, Ciudad de Panamá y Cartagena. Los próximos destinos serán Santo Domingo y Nueva York, desde donde Leonor regresará a España para continuar su formación militar.

Una presencia real que conquistó al público

La llegada de la princesa Leonor a Santa Marta fue mucho más que un acto protocolario. La ciudad se volcó para recibir a la joven heredera, cuya presencia se convirtió en tendencia en redes sociales. Con solo 18 años, Leonor representa una nueva imagen de la monarquía: más cercana, moderna y diplomática.

Vestida con el uniforme blanco de cadete naval —camisa de manga corta, pantalón recto y gorra—, Leonor impresionó por su porte y elegancia. A pesar del intenso calor caribeño, su presencia transmitía frescura, sobriedad y estilo, ganándose elogios tanto de la prensa como del público.

Durante sus dos días en la ciudad, participó en actos oficiales y actividades culturales. El público tuvo acceso al emblemático velero, mientras que ella, junto a sus compañeros, recorrió sitios históricos y compartió con los samarios en una feria cultural. Sus gestos amables y sonrisa cercana dejaron una huella imborrable entre los asistentes.

¿Qué sigue en la formación militar de la princesa Leonor?

Tras este recorrido por América, ¿qué le espera a la princesa Leonor en su camino militar?

Santa Marta fue solo una etapa en una exigente ruta que refleja su compromiso con el servicio. Tras sus paradas en República Dominicana y Estados Unidos, regresará a España para comenzar su instrucción aérea en la Academia General del Aire y del Espacio, donde aprenderá a pilotar aviones de combate, al igual que lo hizo su padre, el rey Felipe VI.

Este viaje de seis meses incluye más de 400 horas de clases académicas, abarcando más de 20 asignaturas que van desde navegación y meteorología hasta legislación internacional e inglés. La formación también incluye ejercicios con fuego real y armas, garantizando una preparación militar integral.

La visita de Leonor a Colombia no solo celebró un hito histórico, sino que reafirmó los lazos simbólicos y estratégicos entre ambos países. A medida que avanza en su formación y papel institucional, queda una pregunta: ¿Cómo transformará su figura la imagen de la Corona española en un siglo XXI globalizado?