El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el terrible atentado que sufrió el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay con un mensaje que parece sacado de contexto de parte del presidente, sin embargo, al revisar su historia familiar, el mensaje tiene toda la lógica y es un mensaje esperanzador.

¿La familia de Miguel Uribe es árabe?

Si, explicamos a continuación.

Miguel Uribe Turbay proviene de una de las familias más emblemáticas de la política colombiana. Nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala —de ascendencia libanesa por parte de sus padres originarios de Tannurin, Líbano— e hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 durante un intento fallido de rescate tras ser secuestrada por Los Extraditables, su historia personal está atravesada por la tragedia y el compromiso público. El reciente atentado del que fue víctima en Bogotá, mientras participaba en un evento político, ha generado una ola de conmoción nacional y reabierto las heridas de un país que aún no logra superar la violencia política. Uribe Turbay, actual senador del partido Centro Democrático y precandidato presidencial, fue atacado por un menor de edad. Su estado de salud, hasta el último reporte, era crítico.

La reacción fue inmediata en todos los frentes del país, pero el mensaje más contundente vino del presidente Gustavo Petro, quien usó su cuenta en X para expresar un dolor profundo y simbólico. Más allá de las diferencias ideológicas, el mandatario evocó a Diana Turbay y planteó la necesidad urgente de ponerle fin a los ciclos de violencia que han marcado a Colombia desde hace décadas.

¿Qué dijo Gustavo Petro en X sobre el atentado?

En un mensaje que rápidamente se volvió viral, Gustavo Petro escribió:

«Ay Colombia y su violencia eterna. Quieren matar al hijo de una árabe en Bogotá, que ya habían asesinado, y no se debe matar en el corazón del mundo. Matan al hijo y a la madre.

Respeten la vida, esa es la línea roja. Colombia no debe matar a sus hijos, porque ellos también son hijos nuestros. Mafias de la tierra, costras de la humanidad. Que vivan tranquilas las familias árabes que llegaron a Colombia.»

Petro canceló un viaje internacional para atender de inmediato la crisis de seguridad derivada del ataque. En su declaración, además de mostrar solidaridad, resaltó el componente simbólico y cultural de la familia Turbay, de origen libanés, integrando así un mensaje de defensa no solo de la vida política, sino de la diversidad que compone la nación.

La evocación directa a Diana Turbay y a la historia familiar de Miguel Uribe tuvo un peso emocional profundo. Petro no solo expresó un duelo político, sino también uno histórico, posicionando el atentado como un punto de inflexión para la reflexión nacional.

¿Cómo ha marcado la tragedia a la familia Turbay?

La familia Turbay ha estado presente en los momentos clave de la política colombiana del siglo XX y XXI. Julio César Turbay Ayala, presidente entre 1978 y 1982, gobernó en tiempos de violencia guerrillera. Su hija, la periodista Diana Turbay, fue directora del Noticiero Criptón y de la revista Hoy por Hoy, y su secuestro y muerte están narrados en el libro Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez.

Tras la tragedia de su madre, Miguel fue criado por su abuela, Nydia Quintero de Turbay, una figura reconocida por su labor social. Miguel Uribe estudió en el exterior, se vinculó a la política como concejal y secretario de gobierno de Bogotá, y actualmente se ha posicionado como una de las voces más visibles de la oposición.

Aunque ligado inicialmente al Partido Liberal por tradición familiar, Uribe ha construido su carrera en el seno del Centro Democrático, defendiendo posturas firmes frente al narcotráfico, la criminalidad y en favor de la seguridad ciudadana. Este atentado ocurre en un momento clave de su carrera: cuando comenzaba a posicionarse como precandidato presidencial para 2026.

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¿Qué consecuencias puede tener este atentado para la política colombiana?

El ataque ha provocado una oleada de solidaridad, pero también una profunda preocupación por el ambiente de violencia en el que se desarrollan las campañas políticas. Que el agresor sea un menor de edad ha encendido alarmas sobre el reclutamiento de jóvenes por redes criminales. La Fiscalía ofreció una recompensa de 3.000 millones de pesos por información sobre los responsables.

El mensaje de Petro ha sido interpretado por muchos como una oportunidad para redefinir el pacto social. En un país donde los magnicidios y atentados han truncado procesos democráticos, la violencia política sigue siendo una amenaza latente. ¿Será este el punto de quiebre que necesita Colombia para decir basta?

El caso de Miguel Uribe Turbay vuelve a poner en evidencia la necesidad de garantías para quienes ejercen liderazgo público, más allá de ideologías. Como dijo Petro, «respeten la vida, esa es la línea roja». Ahora, la gran pregunta es si esa línea será respetada o cruzada una vez más.

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Periodista digital y estratega de contenido con más de una década explorando la intersección entre cultura pop, tecnología y entretenimiento. Como autor en Estereofónica, me especializo en descubrir...