La actriz Margarita Muñoz, quien le da vida a Valentina Restrepo en la nueva producción del Canal RCN, Dejémonos de Vargas, cuenta lo que significa para su carrera y su vida el ser parte del proyecto y volver a hacer comedia, un género en el que es muy recordada, luego de su participación en Los Reyes con la interpretación de Pilar Valenzuela, ‘La Diosa Coronata’.
Margarita asegura que Dejémonos de Vargas es para ella una gran oportunidad para ampliar sus cualidades como actriz, de explorar la comedia y aprender a trabajar desde otro ámbito, acompañada de actores experimentados en comedia como Pity Camacho, del cual aprendió mucho.
“El reto de interpretar a Valentina es lograr un personaje que no es cómico pero que está dentro de la comedia»: Margarita Muñoz
¿Cómo es trabajar con Pity Camacho?
Margarita Muñoz: Trabajar con Pity, quien tiene la comedia muy dominada, me enseñó muchísimo. Hay que escuchar con mucha atención y eso te obliga a estar muy pendiente de lo que está pasando para contestar en un timing perfecto, después él en su labor y con su energía hace que todo fluya y salga muy bien. Realmente fue un gran regalo para mí trabajar con Pity.
¿Cuál es el reto que tiene Valentina para hacer reír siendo la líder y el polo a tierra de la Familia Vargas?
MM: Desde los guiones se estableció que Valentina no es cómica, entonces, hacer reír a alguien desde un personaje con esta característica es muy complicado y esto se convierte en el reto principal de este personaje. Hay que asumir el papel con seriedad, ya que en varias escenas ocurren situaciones en las que sería muy normal que temrinará riendome, pero por eso se debe vivir el momento de una manera real como se presenta en la escena para que de esa forma termine viéndose todo cómico.
Al ser Valentina una abogada, ¿cómo se preparó en términos jurídicos?
MM: La verdad no conocía términos de abogada, esas eran las escenas más complicadas porque a veces tenía a cargo textos muy largos y me tocaba investigar más sobre lo que estaba hablando. También era un momento bien bonito de ver a Valentina porque era su pasión, su trabajo y de ahí en adelante se desatan muchas cosas porque después viene otro personaje que comienza a trabajar con Valentina y comienzan a luchar por los derechos de las mujeres y el personaje tiene un giro muy bonito.
¿Con qué aspectos de Valentina se pueden identificar las mujeres que ven Dejémonos de Vargas
MM: Valentina tiene esa cuota de la mujer colombiana que le gusta hacerse cargo de todo en su casa y que las cosas funcionen porque ella está al frente de todo. Sabe que tiene un hijo adolescente al que debe manejar con total naturalidad y con el que se puede hablar de todos los temas, divertirse con él y ser muy cercana. Que a los esposos siempre habrá que guiarlos y cuidarlos para que no hagan locuras. Ella tiene esa fuerza y autoridad que tienen todas las mujeres de poder manejar una casa.
¿Cómo fue su experiencia trabajando con animales?
MM: En algún momento me sentí como ‘Marimar’, hablándole al perro y esperando que me contestara (risas). Es un perro obediente, divino y hace mucho caso, con él no hubo problema, pero…con el gallo sí. Fue complicado trabajar con el gallo porque era muy grande y daba miedo a pesar de que era muy tranquilo. Una vez llevaron una gallina al set, yo no sé qué le dieron de comer, pero la gallina hizo de las suyas y fue un momento complicado.
¿Con qué se van a quedar las personas al ver Dejémonos de Vargas?
MM: Yo creo que la enseñanza más importante que deja esta producción es que en cada capítulo resalta el positivismo que tenemos los colombianos para enfrentar las cosas, los malos momentos y las malas rachas. Entender lo importante que es estar unidos para poder salir adelante y lograr las cosas, que es el regalo más bonito que tenemos los colombianos, que somos familias muy unidas y dispuestas a salir adelante.