En el último episodio de Last Week Tonight, John Oliver dirigió una fuerte crítica a Facebook y a su CEO, Mark Zuckerberg, por su enfoque laxo en la moderación de contenido. Oliver denunció cómo la plataforma, bajo la justificación de la «libertad de expresión», ha permitido que la desinformación y el discurso de odio se propaguen sin control, poniendo en riesgo la democracia y la seguridad de sus usuarios.

El comediante británico no escatimó en sarcasmo al ridiculizar la postura de Zuckerberg, quien recientemente anunció una serie de cambios en la política de moderación de contenido de Meta. Según Oliver, estos ajustes no solo son insuficientes, sino que parecen estar diseñados para proteger los intereses financieros de la compañía en lugar de salvaguardar la integridad del debate público en internet.

Los más afectados con esta clase de decisiones son los medios más pequeños, ya que no pueden cumplir con muchas de las exigencias que hace el gigante de las comunidades online. Además, es claro que los contenidos independientes no reciben el ‘boost’ del algoritmo.

Facebook, un caldo de cultivo para la desinformación

Según The Guardian, Oliver destacó que Facebook se ha convertido en un verdadero caldo de cultivo para la desinformación, permitiendo que noticias falsas y teorías conspirativas se esparzan sin restricciones. Mientras otras plataformas han fortalecido sus políticas para evitar la viralización de contenido engañoso, Facebook ha optado por reducir el número de verificadores de hechos y flexibilizar su moderación.

«Mark Zuckerberg quiere hacernos creer que Facebook es una plataforma neutra donde la verdad y la mentira compiten en igualdad de condiciones», comentó Oliver con su característico tono mordaz. «Pero cuando una mentira se amplifica con un algoritmo diseñado para maximizar la interacción, no estamos hablando de libertad de expresión, sino de un negocio basado en la manipulación».

Oliver también hizo referencia a los efectos nocivos de esta falta de control en países donde Facebook es la principal fuente de información. En lugares como Myanmar y Etiopía, la red social ha sido señalada por organizaciones de derechos humanos como un catalizador de discursos de odio que han derivado en conflictos violentos.

La desconexión de Zuckerberg con la realidad

Otro de los puntos que más indignación generó en Oliver fue la actitud de Mark Zuckerberg ante estas críticas. Durante su intervención, el comediante mostró imágenes del CEO de Facebook luciendo un reloj de casi 900.000 dólares, lo que, en su opinión, simboliza la absoluta desconexión con la realidad de un multimillonario que no comprende el impacto real de su plataforma en la vida de millones de personas.

Oliver ironizó sobre la retórica de Zuckerberg de «construir comunidades» y «acercar a las personas» mientras su empresa sigue priorizando la rentabilidad sobre la ética. «Claro, nos está acercando», bromeó Oliver, «pero solo para que nos gritemos teorías de conspiración y discursos de odio en la cara».

El comediante también señaló que la defensa de Zuckerberg de su modelo de negocios está llena de contradicciones. «Dice que la plataforma debe permitir la libre expresión, pero al mismo tiempo bloquea contenido que afecta sus propios intereses comerciales. Si Facebook realmente estuviera comprometido con la verdad, tendríamos menos desinformación y más transparencia sobre cómo se toman sus decisiones».

El futuro de Facebook: ¿más odio, más dinero?

El problema de la moderación de contenido en Facebook no es nuevo, pero el giro más reciente de la compañía ha encendido alarmas entre expertos y activistas. La decisión de reducir la moderación se da en un contexto donde las grandes tecnológicas están bajo presión por su papel en la difusión de información falsa.

Oliver advirtió que con la eliminación de controles, Facebook podría convertirse en un «auténtico sumidero de odio y desinformación». A medida que la plataforma se aleja de la verificación de hechos, los algoritmos favorecen la viralización de contenido sensacionalista y engañoso.

En un llamado a la acción, Oliver animó a los usuarios a tomar medidas para desafiar a Facebook en su propio terreno. Sugirió que los usuarios modifiquen la configuración de anuncios y boicoteen ciertas interacciones para afectar la monetización de la plataforma. «Si Zuckerberg solo escucha cuando le hablas en dólares, hablemos su idioma», concluyó.

Con la moderación de contenido en declive y la desinformación en aumento, queda la pregunta: ¿será Facebook capaz de cambiar antes de que sea demasiado tarde, o seguirá priorizando el dinero sobre la verdad?

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