Hace unos meses, Pablo Cantú, decidió ampliar sus horizontes con un nuevo proyecto musical, al cual nombró Polaris. Este universo sonoro surgió de la necesidad de “renacer de cierta forma. Polaris es visitar a un Pablo del pasado: ese joven de 15 años que abordaba la música con inocencia y libertad. Quise darme ese regalo”, comenta el propio multiinstrumentista, compositor y productor.

Con esta idea como bandera, ve la luz 1.5, el primer larga duración de Polaris. Respecto al proceso creativo del disco, Pablo nos cuenta: “me tomó casi 3 años hacerme de tiempo para crearlo. Lo mezclé al menos unas cinco veces e hice master otras dos. De pronto entendí que la música, una vez grabada, iba a expirar frente al ‘yo’ del día siguiente, que no se trataba de lo que pude haber hecho mejor, sino de lo que puedo hacer ahora al permitirme simplemente fluir.”

Y continúa: “con esta perspectiva, ahora escucho las canciones y me traen lecciones valiosas, como el hecho de encontrarse y desencontrarse con el trabajo propio, pues va cambiando de significado igual que cambias tú. Hoy me siento más libre y quiero compartir tanto como sea posible. El único compromiso es con uno mismo, aceptarse como se es para compartirlo con el mundo.”

Así nos encontramos frente a un disco conformado por ocho canciones, de las cuales ya conocemos “Trance”, canción que fue recibida con elogios por parte del público y la crítica especializada a finales del año pasado. Ahora, para celebrar el lanzamiento de 1.5, Pablo nos muestra “Voz De Marte”, composición que deslumbra por su mezcla de estilos de la mano de Diego Rosas.

Esta pieza arranca con una guitarra acústica ejecutada como un claro guiño al bossa nova, efecto que es acentuado por la aparición de las percusiones clásicas del sonido amazónico, así como efectos de sintetizador que hacen las veces de la famosa cuica brasileña. Entonces aparece la voz de Pablo, quien con suavidad nos lleva por una historia con toques oníricos: un canto de esperanza para quienes viven con el corazón henchido.

La estructura de la canción avanza y da cabida a otras exploraciones, como ciertos elementos rítmicos propios del rock “alternativo”, además de sumar algunos efectos provenientes de la electrónica francesa de los noventa, en un combo que da vida a un ritmo único. Para complementar el espectro sensorial de “Voz De Marte”, el propio Pablo y Diego Rosas, crearon un videoclip que rinde homenaje al “kitsch” de los años 70 y 80, al narrar una nostálgica y divertida oda al fenómeno ovni.

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