El registro, desarrollado por la productora REDROOM y La Ciencia Simple, describe por medio de un relato visual de detalles y atmósferas, el contraste entre el instante de la interpretación y el lento proceso de degradación del lugar, creando imaginarios sobrecogedores que nos hacen reflexionar sobre la ambigua duración del tiempo y sus efectos.
Acerca de la idea de este registro, la banda comenta: “llevábamos un par de meses componiendo nuevas piezas y nos faltaba algo, un vértigo por exponerlas que no tenía que ver necesariamente con el público, sino con algo nuestro de ponernos a prueba en otras atmósferas. Al emplazar esas nuevas composiciones basadas en improvisaciones en un lugar diferente a la sala de ensayo, estábamos seguros que iba a pasar algo diferente, y eso es lo que queríamos experimentar”.
Como la sesión no podía ser con público e involucraba mucho movimiento por parte de la banda, surgió la propuesta de hacer un registro audiovisual: “pero no queríamos hacer una “sesión en vivo” como las que se acostumbra ver”, precisan ellos. Al encontrarse con una vieja casona abandonada en el barrio Yungay, la banda halló el concepto que buscaba: “tenía un estado particular de deterioro, que ponía sobre el tapete el tema del paso del tiempo y sus efectos de degradación, muy en contraste con los experimentos rítmicos que pondríamos en práctica”, detallan los músicos.
La sesión se grabó el 14 de noviembre y presenta tres composiciones que no están en discos previos de La Ciencia Simple. El cuarteto interpretó las piezas junto al compositor de música electroacústica y actual director del conjunto Narval Orquesta, Andrés Quezada. “Es un viejo amigo de la banda e influencia. Él se encargó de ejecutar una de las capas percutivas que generan un contraste con la estructura general,” explican los integrantes de La Ciencia Simple.
Con siete años de carrera, La Ciencia Simple se definen como un grupo de música instrumental atmosférica. Actualmente son un cuarteto y han editado los discos Hacia el Mar (2014), II III V (2016) y III V VII (2018). Su envolvente propuesta sonora les ha permitido compartir escenario con bandas como Tortoise, Swans, Earth y God is an Astronaut, así como también participar de la edición 2017 del Dunk! Festival de Bélgica y realizar una posterior gira por Europa.
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