Es un disco que enmarca a la banda colombiana en una propuesta esencialmente diferente del resto. De arranque buscan un ritmo acomodado al lado sentimental que manejan como nadie: es ‘Llamada Perdida‘, un tema que conocíamos y que ya anunciaba un camino en la busquéda del corazón.
Tan esa así que ‘Segundos Platos‘ suena como segundo corte y se encamina sobre esa misma senda de enamoramientos perdidos pero que no se dan por acabados. Por supuesto, las voces del grupo juegan con el cambio de tonalidad característico y constante. En toda ocasión arropados por guitarras, piano o, evidentemente, con la aparición de su amado banjo.
Pero siempre, durante todo el recorrido por su álbum, llega ese optimismo vital y pegado a Morat y a sus canciones por mucho que un corazón esté partido. Como muestra, esa frase cantada en ‘Santa Fe’: «... no he vuelto a jugar por miedo a lesionarme, ruego que pase el vacío que en mi vida dejaste«.
Morat ya nos avisaba que sus canciones llegarían de forma decidida para mirar al directo y a su público porque «Es una reivindicación a modo de homenaje que, si Ayer Fuera Hoy, habría más bandas, se tocarían más instrumentos, se grabaría más en analógico, el género pop se vincularía a el más popular y las guitarras sonarían más en las emisoras de radio«.
Debemos destacar de inicio y antes de escuchar todo el disco que este cuarto álbum de la banda colombiana está grabado en sistema analógico entre Los Angeles y Bogotá. Las mismas fuentes nos destacan que se pretende una imagen más madura preservando los valores más importantes de la banda que han sido, hasta la fecha, su punto de equilibrio y su estandarte: la música, la amistad, la elegancia y lo clásico.
En el apartado colaboraciones llegan cuatro: con Feid (Salir con vida), Líderes Sociales, Duki y sumando a Juanes con significado especial para la banda: «Colaborar con Juanes es, sin duda, un placer. Hace años trabajamos con él en «Besos en guerra», y poder volver a colaborar ahora, en un momento distinto y más adulto de la banda, es aún más emocionante. Sentimos que la música es ahora más enérgica y adulta, y que haya estado él tanto en los inicios como hoy nos llena de emoción, pues es sin duda un artista que ha estado presente en nuestra lista de referencias desde muy temprano«.
Además, han blindado esa colaboración con dos acciones. Por un lado, su actuación del 17 de diciembre en el estadio colombiano de Atanasio Girardot en Medellín y añadiendo, por otra parte, el videoclip para su canción.
Por su parte, Juanes ha contado que está «Honrado de haber sido invitado a colaborar de nuevo con Morat en esta canción “506.” Un placer siempre compartir la música con estos talentosos músicos, multi-instrumentistas que además componen sus propias canciones… la esperanza sigue«.
Así llega el cuarto álbum de la banda colombiana grabado en sistema analógico entre Los Angeles y Bogotá para conseguir 11 canciones en una producción rotunda para blindar su estilo y cantar, sin más. Dejarán la nostalgia como marca y los sentimientos como gran apuesta aunque llegarán a temas sociales como en ‘Las Cometas Siempre Vuelan En Agosto‘ dibujando realidades que tanto deberíamos saber conquistar.