Una mirada fresca y provocadora al amor contemporáneo
En Amores materialistas, la directora Celine Song, reconocida por su aclamado debut Vidas pasadas, retoma sus vivencias personales para ofrecer una historia que cuestiona y desarma las nociones del amor moderno. Inspirada por una etapa en la que trabajó como casamentera en Nueva York, Song construye un retrato crudo y a la vez delicado de las contradicciones que habitan en la búsqueda de pareja.
La trama sigue a Lucy (Dakota Johnson), empleada de una exclusiva agencia dedicada a encontrar «la pareja ideal» para clientes de alto perfil: ejecutivos de capital privado, profesionales de élite y personas adineradas dispuestas a pagar por el amor «perfecto». Entre sesiones y cócteles, Lucy descubre las exigencias casi absurdas de sus clientes, que dejan al descubierto una inquietante mercantilización de las relaciones humanas.
¿Qué revela la película sobre el amor y las citas modernas?
Song se sumerge en las contradicciones del amor contemporáneo, explorando cómo la cultura de las citas en grandes ciudades puede reducir el romance a una lista de requisitos: ingresos de seis cifras, estaturas de un metro ochenta o más, y un sinfín de criterios superficiales. Como confiesa la propia directora: «Aprendí más sobre las personas en esos seis meses que en cualquier otro periodo de mi vida».
El filme muestra cómo, en la búsqueda del amor, aflora una paradójica combinación de vulnerabilidad y frialdad calculada. Tal y como explica el jefe de Lucy en la ficción, ser casamentera puede resultar más íntimo que ser terapeuta: se trata de conocer, a un nivel muy personal, qué define la felicidad de otra persona, incluso si está revestida de aspiraciones materialistas.
Un reparto de lujo y una propuesta que rompe moldes
Además de Johnson, la cinta cuenta con la participación de Pedro Pascal (Los 4 fantásticos) y Chris Evans (Los vengadores), dos de los actores más solicitados de Hollywood. Juntos, conforman un triángulo interpretativo que aporta carisma, frescura y matices emocionales a una narrativa que no teme incomodar.
Amores materialistas es, según sus primeros críticos, una película romántica tan actual como subversiva, que desmonta el sentimentalismo de manual para reconstruir el género desde una perspectiva más honesta y reflexiva. En lugar de idealizar el romance urbano, como suelen hacerlo muchas comedias románticas o series como Sex and the City, Song confronta al espectador con las realidades menos glamurosas del mercado amoroso.
¿Por qué deberías verla?
Porque no es solo una historia de amor, sino un espejo que refleja nuestras propias contradicciones al buscarlo. Es cine alternativo con alma de gran producción, respaldado por un elenco de primera y una dirección que apuesta por el riesgo narrativo. Song logra que el espectador se cuestione si, en nuestra era de apps y algoritmos, el amor es un sentimiento genuino o un producto más en el escaparate de la vida moderna.
La película invita a reír, incomodarse y reflexionar, todo en una misma proyección. Y tú, ¿cuánto de lo que buscas en el amor es realmente tuyo y cuánto es parte de una idea fabricada?