Aterciopelados lanza Genes Rebeldes, su décimo álbum, en el que se mezcla bolero, cumbia cyberpunk y house para cantar al amor, la identidad y la resistencia.
Aterciopelados regresa con un manifiesto sonoro que desafía convenciones y celebra la diversidad desde una trinchera de creatividad y amor. Con Genes Rebeldes, Andrea Echeverri y Héctor Buitrago consolidan una carrera que ha sabido tejer lo ancestral con lo contemporáneo, lo espiritual con lo político. Este nuevo disco, que ya está disponible en todas las plataformas desde el 22 de abril, se presenta como un caleidoscopio sonoro que propone una escucha transformadora y radical.
«Este álbum es un mapa sonoro que conecta con nuestras raíces y apunta hacia un futuro lleno de posibilidades. Es una declaración de rebeldía amorosa y creatividad consciente», declararon Andrea y Héctor, encapsulando el espíritu de una obra que vibra en trece canciones que se rehúsen a ser domesticadas.
Un viaje desde el polvo de estrellas
El tema que da nombre al disco, Genes Rebeldes, es un bolero cósmico que narra un romance primigenio entre dos genes enamorados que se saben hechos de polvo de estrellas. Congas, maracas, guitarras vintage y texturas estelares se funden en una pieza que evoca tanto el ADN del amor como el de la especie. El videoclip, dirigido por Nicolás Caballero, utiliza técnicas digitales para ilustrar un viaje de almas antes de nacer, sumando una dimensión visual que dialoga con la música desde lo poético y espiritual.
Desde su primer acorde, el disco se desliza entre géneros y estéticas con una fluidez que desafía etiquetas. Del rock al blues, de ritmos latinos a fusiones electrónicas, Genes Rebeldes es un manifiesto de hibridación sonora y resistencia afectiva.
Canto eterno al arte y la identidad
Uno de los momentos más conmovedores del álbum es Eterno, un tema compuesto por Andrea Echeverri y producido por Leonardo Castiblanco, que se convierte en homenaje al legado de Gustavo Cerati. Con la participación de Zeta Bosio, Richard Coleman e Hilda Lizarazu, la canción mezcla house, rock y un beat electrónico que late como un corazón inmortal. Es, sin duda, una declaración de amor a una figura que marcó a generaciones enteras.
La introspección también tiene su espacio en Mi Nicho, donde Andrea vuelve a ejercer como narradora de lo cotidiano y lo espiritual. Producida por Juan Pablo Villamizar, esta pieza minimalista se despliega con guitarra, piano y una batería sutil para hablar del «nido propio» desde el humor, la crítica y la ternura.
Por su parte, Héctor toma la palabra en Rompan Todo, un guiño a la serie del mismo nombre que sirve de plataforma para una cumbia cyberpunk cargada de ironía política. Aquí, los sintetizadores y las percusiones digitales se convierten en herramientas de denuncia contra la corrupción en instituciones y gobiernos, sin perder el pulso festivo y rebelde.
Música para el alma y el porvenir
Genes Rebeldes no es solo un disco, es una propuesta integral de arte, identidad y futuro. La portada, los videoclips, las letras y los arreglos convergen en una obra que no teme mirar hacia lo ancestral mientras sueña con lo cósmico. Es una afirmación de que el arte puede y debe ser un agente de cambio.
Aterciopelados, una de las bandas más influyentes del rock colombiano y latinoamericano, demuestra una vez más su capacidad para reinventarse sin perder su esencia. Genes Rebeldes nos invita a conectar con nuestra raíz, cuestionar el presente y proyectarnos hacia un mañana más amoroso y consciente. ¿Estamos listos para rebelarnos con amor?